Seleccionar página

¿Eres feliz? Mejor dicho, antes de nada, ¿qué es la felicidad para ti?

Estoy segura de que te han hecho esa pregunta mil veces y no has sabido qué responder. La felicidad es un concepto abstracto que no sabemos muy bien cómo definir. Es una mezcla de emociones que nos produce placer y bienestar. 

Cada persona lo vive y lo siente diferente. ¿Has oído hablar alguna vez de la pirámide de Maslow?

Puede que no te hayas parado a pensar sobre el tema, pero te puedo asegurar que necesitas muy poco para ser feliz. Como decía Bob Marley, “Si quieres ser feliz, aprende a disfrutar de las cosas más simples.” 

Para ser felices nos basta con cubrir nuestras necesidades básicas. Preguntad a vuestros abuelos. No tenían ni Internet, ni aparatos móviles, ni Netflix.. Sabían vivir con lo justo y necesario. ¿Para qué más? Los niños salían a jugar a las calles, las tradiciones no se perdían, había más comunicación interpersonal directa… ¿No te hubiera gustado vivir en una época donde todo era más auténtico, más cercano? Hoy en día hasta nos da pereza quedar con la gente, preferimos tener citas virtuales por aplicaciones móviles. Todo es más cómodo, pero a la vez más impersonal. Nos estamos perdiendo los pequeños detalles que hacen que la vida valga la pena, pequeños matices que ya no apreciamos.

La pirámide de maslow

Volvamos a la pirámide de Maslow. Esta establece una jerarquía para lograr entender cómo un individuo puede lograr alcanzar la felicidad plena y el bienestar psicológico. Existen 5 fases.

  1. La primera, la más básica y la esencial es la fisiología. Necesitamos respirar, alimentarnos y descansar para empezar a ser felices. Cubrir las necesidades elementales para que el cuerpo funcione.

2. Después nos encontramos con la seguridad. Nuestra integridad tanto física como económica se convertirá en la pieza clave para poder avanzar en la pirámide.

3. Nos topamos con la afiliación. A todos nos gusta ser amados y queridos por los que nos rodean. Constantemente estamos buscando encajar, sentirnos socialmente aceptados por nuestra familia y amigos.

4. El penúltimo paso es el reconocimiento. Llega el momento de presentarnos en sociedad, conseguir hacerse un hueco en un entorno con el que nos sintamos identificados. Es la hora de buscar el estatus que uno quiere, el respeto. Hay dos tipos de estima: la alta, la que se tiene hacia uno mismo; la baja, la que tienen los demás de ti. 

¿Sabes cómo adaptarlo a tu marca personal?

5. Finalmente llegamos a la cumbre: la autorrealización. Pocas personas llegan hasta este punto. Según Maslow, solo el 2% alcanza este nivel. ¿Por qué? Parece sencillo a simple vista, pero conseguir pasar todos los niveles de forma plena y satisfactoria es muy enrevesado. Pero como dice Walt Disney “Si puedes soñarlo, puedes hacerlo.”

Pues bien. Ahora traslada estos escalones que hemos visto de la pirámide de Maslow a tu marca personal. ¿En qué fase te encuentras? ¿Sabrías definirla? Toca ser objetivo y autocrítico, es la única forma de mejorar y dar un paso adelante; de lo contrario, seguirás estancado. Sé honesto contigo mismo y empieza tu progreso.

Y es que, nuestra promesa está alineada con las necesidades “vitales” de nuestro cliente. No solo hay que analizar nuestra pirámide, sino la de los que necesitan nuestros servicios para poder crecer. Es necesario ponerse en la piel de la otra persona para comprender por qué se comunica y por qué actúa de la forma en que lo hace.

Un cliente que se abre a ti y es honesto con la situación en la que se encuentra, hará que la relación y la calidad del trabajo que se lleve a cabo sea exitosa. En cambio, si un cliente se niega a aceptar en la posición que se halla su marca, dando tumbos sin ton ni son, nunca conseguirá superar las fases y llegar a la autorrealización.

¿Te ayudo? Si tienes una marca personal, y crees que necesitas que te echen una mano, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Como experta en marca personal, branding y comunicación estratégica puedo acompañarte a definir tu marca y alcanzar todas tus metas. Solicita una consultoría estratégica conmigo y lo hablamos.